sábado, 6 de julio de 2013

Volver a nacer

En este post me gustaría contar una de las peores experiencias de mi vida y que les costó un buen disgusto a mis padres. 

Todo comenzó un 3 de octubre de 2011, justo el día de mi cumpleaños. Yo ya llevaba días atrás mal, mis padres me lo notaron y enseguida me llevaron al veterinario al que habitualmente íbamos. Una vez allí, mi madre le explicó lo que me pasaba, estaba tumbada, y cuando me levantaba dejaba la manta húmeda, como si me hubiera hecho pis. El veterinario sin ni tan si quiera mirarme, le dijo a mi madre que eran cosas de la edad, que yo ya me estaba haciendo vieja y que se hiciera a la idea, no le dio ninguna importancia. 

Total que mi madre se fue, creyendo en lo que le había dicho el profesional. Unos días después comencé a sentirme peor, no comía, apenas podía andar, y un vecino nuestro que me conoce muy bien y da la casualidad de que es veterinario, les dijo a mis padres que no me veía nada bien, que me llevaran de inmediato al veterinario. Ellos le contaron lo que el otro veterinario les había dicho, pero nuestro vecino dijo que de eso nada, que me conocía muy bien y que no era "cosa de la edad" que a mi me pasaba algo. Total que nos recomendó un veterinario y además muy cercano a nuestra casa. 

Estaba yo con mi padre en casa, cuando empecé a ponerme realmente mal. Mi padre se asustó y llamó por teléfono a mi madre y me llevaron a este nuevo veterinario, Javier. Me estuvo examinando y se dio cuenta de que salia pus de la vulva. Con lo que me tuvo que hacer pruebas. Yo ya tenía un bulto en una mama hacía años, al que el otro veterinario no le daba importancia. Javier en seguida les dijo a mis padres que independientemente de lo que fuera ese bulto, había que quitarlo. A eso, hubo que sumarle una peritonitis que era por lo que yo estaba así, y que finalmente llevó a operarme de urgencias. Así que en la misma intervención me hicieron todo. 

Recuerdo como lloraba mi madre cuando me dejó allí para ser operada con alto riesgo de no volver a despertar. Pero mi nuevo médico, Javier, si que es un profesional, e hizo una excelente intervención. Al día siguiente de la operación ya estaba andando por mi misma y aunque tuve que estar 5 días hospitalizada todo fue muy bien y mi recuperación fue muy buena.

Mis padres fueron cada día a visitarme, por la mañana y por la tarde, deseando llevarme para casa. Todavía quedaba un mal trago más, y era saber lo que ese bulto que me habían quitado era. No fueron buenas noticias, porque se trata de uno de los peores canceres que podía tener.. Pero durante estos dos años, todo ha ido muy bien, y yo he estado con más energía que nunca. 

Os enseño unas fotos y vídeo de todo el proceso






Mis padres siempre dicen que hay que luchar por lo que se quiere, ellos lo hicieron por mi y gracias a eso, hoy puedo contarlo.



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