domingo, 21 de abril de 2013

Descubriendo el Mar

Recuerdo muy bien la primera vez que mis padres me llevaron a la playa. El tacto de la arena fue increíble para mi, aquel suelo estaba super acolchado! Me encantaba embadurnarme en ella, parecía una croqueta. 

A la playa a la que fuimos, tenía una especie de charcas gigantes que se habían formado con la subida de la marea, eran ideales para mi ya que no cubría demasiado y no había olas. 

Mi primer intento de beber aquel agua fue una de las peores experiencias que recuerdo.. Ya no se me ha vuelto ocurrir hacerlo. 


Estando allí nos encontramos con otro animalito que estaba muy tranquilo hasta que llegué yo. Se trataba de una gaviota que no podía volar. Mi padre hasta la tuvo en brazos.


A veces movía las alas porque quería echar a volar y me asustaba un poco


Ese fue el primer día de muchos, adoro ir a la playa, correr por el agua, tumbarme en la arena y hacer agujeros para que mis padres metan los pies.

Desgraciadamente como ya sabréis nosotros los peludos no somos muy bien recibidos en las playas y tenemos que ir a ciertas horas y en ciertas estaciones del año. Espero que esto cambie algún día porque ni yo puedo disfrutar de la playa tanto como quisiera ni tampoco mis padres porque quieren llevarme con ellos.